
Su elaboración es a base de maíz, el alimento más versátil que se encuentra en la gastronomía del país, cuyo ingrediente se halla en casi todo los platos tradicionales de la cocina venezolana. Su origen se remonta a la era de la prehistoria, cuando las tribus originarias aprovechaban estos granos dorados para su consumo. Con la colonización, la técnica para su elaboración fue adaptándose, desde su incorporación en el pilón para moler y procesar la masa, hasta su definitiva combinación con leche, mantequilla y queso para el relleno.
En la región central y oriente del país, su sabor es dulce por la incorporación del papelón, cosa distinta en los llanos y occidente, donde el paladar es salado. Por las carreteras y autopistas se encuentra esta plato en casi todos los negocios populares de comidas, y su relleno varía según sea el destino que escojas. Desde cochino frito hasta jamón, carne mechada, queso guayanés y queso telita, éste último muy popular en su relleno.
Si bien su consumo es muy frecuente entre la dieta del venezolano, es preferible en desayunos y cenas. Su demanda en la actualidad, surge de un imprevisto, como un antojo de momento, ideal en periodos vacacionales… de camino a destino natural.
Su popularidad ha traspasado la frontera venezolana, y puede hallarse, por ejemplo, en tierras canarias, cosa nada extraña, debido a la gran comunidad de canarios que reside en el país, y que con mucha frecuencia viajan hacia la isla, llevando con ellos, la popular receta para conquistar corazones y paladares.