Por tradición, a la hora de picar la torta de cumpleaños en los hogares venezolanos, esta viene acompañado de una rica porción de quesillo y su vaso de jugo o refresco… algo que nunca falta en los agasajos. Su textura suave al paladar de los comensales, y su inigualable sabor, hacen de este postre, una adicción para muchos, que no resisten pedir la “ñapa”, es decir, otra porción extra, para seguir degustando.
Entre sus degustadores e historiadores, afirman que el quesillo proviene, como gran parte de la gastronomía criolla, de la cocina española, en el periodo colonial. De acá que se crea que este postre fue hecho a base de la leche asada española, otros, que fue un feliz incidente al preparar el flan. De cualquier manera, este dulce resultó ser un manjar de la cocina criolla.
Su elaboración es a base de leche condensada, huevo y caramelo, pero dentro de las variedades de las regiones del país, se ha encontrado numerosas alternativas para su elaboración; desde el quesillo de pan, pasando por el quesillo de ahuyama, hasta encontrar el quesillo de parchita. Este delicioso postre no deja de sorprender, entre sus diferentes sabores y colores.
A fin de cuenta, el quesillo se ha convertido en la historia contemporánea de Venezuela, en el postre elegante más consumido en los hogares y pastelerías. Se encuentra en cara rincón, y debido a su sencilla elaboración, siempre está presenta en fechas tradicionales, ceremoniales y decembrina… probarlo, es querer más a Venezuela.