Este plato es la fija de la mayoría de familias venezolanas que cuentan con un número considerable de parientes, ya que su textura y composición, dejan satisfecho a muchos hasta el otro día (sin exagerar).
La historia de la sopa de mondongo se remonta a la antigua Roma, en la cual sus pobladores cocinaban los despojos de res o cabras en un guiso que acompañaban con papas o cualquier vegetal. En España se empezó a preparar en el siglo XIII, incluso, se comercializaban los despojos como una opción económica para los más pobres. Esta receta o técnica fue llevada al nuevo mundo (América) y con ella, la expansión en todo el continente, llegando a ser considerada como un plato típico en casi todos los países latinoamericanos.
Ojo a esto: sus ingredientes varían según la región de Venezuela. Si estas oriente del país, en especial el Estado Sucre, la sazón de la sopa queda algo dulce. En cambio, si vas al occidente del país, lo salado predomina. Este es un punto muy importante a la hora de prepararlo, y de ofrecerle a otras personas, ya que puede llega a pasar que, un visitante del oriente le sirvan un mondongo salado, y ten por seguro, que no podrá comérsela toda, ya que no está acostumbrado a comerla así; igual pasa en el caso contrario. Lo que si coincide en ambos casos, es que la sopa se acompaña con un rico aguacate, plátanos, un poco de zumo de limón y casabe.
Ya sabes, si quieres probar esta deliciosa sopa espesa, debes tomar en cuenta que hay varias forma de prepararla, en general, salado o dulce. Y si vas a servir a invitados venezolanos, primero pregunta de qué parte provienen, así podrás servirle una muestra de su tierra natal.