
Si bien hay preparaciones que se le asemejan en muchos países del mundo, los tequeños venezolanos son una auténtica tradición. Generalmente están rellenos de queso blanco o de feta y en algunas ocasiones están acompañados de jamón o panceta.
Aunque existen muchísimas versiones sobre el origen de los tequeños, la más verídica y con argumentos fundados se sitúa en la ciudad de los Teques -de allí su nombre-, en el estado de Miranda. Se dice que en los años finales del siglo XIV una cocinera que cocinaba pastelitos decidió utilizar unos sobrantes de masa para realizar unos cilindros. Decidió colocarle queso blanco en su interior y luego freírlos en aceite.
Desde aquellos años hasta el día de hoy la popularidad de los “tequeños” ha ido en aumento hasta transformarse en un éxito del folclore culinario venezolano. En las calles de todos los pueblos y ciudades del país pueden verse personas comercializando estas delicias.
Por su fácil forma de elaborar, su económico valor y su delicioso sabor es un plato muy frecuente en los hogares de Venezuela. Las principales variables pasan por su relleno, en el que suelen utilizarse quesos de distintas durezas, texturas y sabores, pero también se le añaden ingredientes extra. Entre los más originales están los que llevan espinacas, ricota y pesto.
Su textura suave, el sabor intenso de sus rellenos, pero equilibrados con la masa y su rápida cocción lo colocan como un tentempié perfecto para antes de las comidas, para la hora del café o como un simple acompañamiento.